Ir al contenido principal

Pasitos de Bebe!

Muchas veces nos encontramos con ese NO SÉ internalizado ante una situación nueva. Muchas veces nos quedamos dando vueltas en nosotrxs mismxs ante la encrucijada. Juanito Juanolas tiene algo que contarnos.
Juanito Juanolas (Pedro Pablo Sacristán)
Juanito Juanolas era un niño simpático y popular al que todos querían. Era tan divertido, bueno y amable con todos, que le trataban estupendamente, siempre regalándole cosas y preocupándose por él. Y como todo se lo daban hecho y todo lo tenía incluso antes de pedirlo, resultó que Juanito se fue convirtiendo en un niño blandito; estaba tan consentido por todos que no aguantaba nada, ni tenía fuerza de voluntad ninguna: las piedras en el zapato parecían matarle, si sentía frío se abrigaba como si estuviera en el polo, si hacía calor la camiseta no le duraba puesta ni un minuto y cuando se caía y se hacía una herida... bueno, eso era terrible, ¡había que llamar a un ambulancia!.
Y se fue haciendo tan notorio que Juanito era tan blando, que un día el propio Juanito escuchó como una mamá le decía a su hijo "venga, hijo, levanta y deja de llorar, que pareces Juanito Juanolas". Puff, aquello le hizo sentir tanta vergüenza, que no sabía qué hacer, pero estaba seguro de que prefería que le conocieran por ser un niño simpático que por ser "un blandito". Durante algunos días trató de ver cuánto podía aguantar las cosas, y era verdad: no aguantaba nada, todo le resultaba imposible de soportar y cualquier dolor le hacía soltar lágrimas y lágrimas.
Así que, preocupado, se lo dijo a su papá, aunque le daba mucho miedo que se riera por sus preocupaciones. Pero su papá, lejos de reirse, le contó que a él de pequeño le había pasado lo mismo, pero que un profesor le contó un truco secreto para convertirse en el chico más duro.
-¿Y cuál es ese truco?
- Comer una golosina menos, estudiar un minuto más, y contar hasta 5 antes de llorar.
Juanito no se lo podía creer
-"¿sólo con eso?, ¡si está chupado!".
- sólo con eso -dijo su papá- es muy fácil, pero te aviso que te costará un poco.
Juanito se fue contentísimo dispuesto a seguir aquel consejo al pie de la letra. Al llegar junto a su mamá, ésta le vio tan contento que le dio dos golosinas. "Una golosina menos", pensó Juanito, así que sólo cogió una, pero comprobó que su papá tenía razón: ¡le costó muchísimo dejar la otra en la mano de su madre!
Aquella misma tarde tuvo ocasión de poner el truco en práctica, y estudiar un minuto más. ¡Se perdió el primer minuto de su programa favorito! pero al conseguir hacerlo se sintió muy satisfecho, lo mismo que ocurrió cuando se dio un golpe con la esquina de la mesa: sólo pudo contar hasta 4, pero su mamá quedó impresionadísima con todo lo que había aguantado.
Y así, durante los siguientes días, Juanito siguió aplicando el lema de comer una golosina menos, estudiar un minuto más, y contar hasta 5 antes de llorar. Y cuanto más lo aplicaba, menos le costaba, y en poco tiempo se dio cuenta de que no sólo podía comer menos golosinas, estudiar más, y llorar menos, sino que también podía hacer cosas que antes le parecían imposibles, como comer verduras o correr durante largo rato.
Y contentísimo, cogió un papel, escribió el truco, y lo guardó en un cofre con un cartel que decía."Cosas importantísimas que tendré que contar a mis hijos"

Comentarios

Entradas populares de este blog

¿Temor?

  El universo, decididamente, esta favoreciéndonos constantemente para que alcancemos nuestro propósito. ¿Es válido pensar que todo esta en nuestra contra?.  ¿Es válido creer que fuimos creados para, simplemente, sufrir?  ¿O es mas lógico pensar que simplemente no estamos dejando que lo que ES, simplemente, sea en nosotros?  La formula es a veces muy simple pero los que la complicamos somos nosotros. © Norberto Ciciaro Villalba 2015

Protagonistas o Espectadores

   Cada segundo de vida es una posibilidad.  Cada segundo de vida nos permite ejercitar lo único que tenemos y que nos es propio, nuestro libre albedrío. Ejercitamos el libre albedrío con las decisiones que tomamos.  Si achacamos a otros las decisiones que tomamos, nos convertimos en víctimas de un juego de poder donde ya hemos decidido un rol. Si nos hacemos responsables de las decisiones que tomamos, nos convertimos en protagonistas de nuestra vida.  Los seres humanos tenemos la herramienta de la fe para saber que esta vida nos ha sido dada. Esto no nos excluye de ser auto responsables de lo que decidimos, sino que nos convierte en co-creadores de la VIDA.  La decisión, que a cada segundo la vida nos permite ejercitar, es la de convertirnos en protagonistas de nuestra propia historia o convertirnos en los espectadores de nuestra propia tragedia. © Norberto Ciciaro Villalba 2015

Felicidad se escribe con FE

 Hoy, sentado en un vagón, temprano en la mañana y con mi mente revoloteando por esos caminos internos de mi propia locura, surgió esa comprensión que dio título a esta nota: FELICIDAD SE ESCRIBE CON FE.  Algo simple, tal vez, para otra persona pero, que en mi, su peso cayo fuerte sobre mi alma en un segundo.   Estaba haciendo un recuento de los regalos que estoy recibiendo en este tiempo: días rodeado de amor, relax, diversión; el comprobar que hay heridas del pasado que han sanado; nuevos proyectos que se presentan; el encuentro fortuito y por otros motivos con una editorial que le interesa leer mi libro; el ofrecimiento, nuevamente, de dirigir un retiro de silencio; el interés de nuevas charlas, conferencias y cursos en una ciudad que no tengo ni idea de donde queda (siempre he sido muy malo en geografía, aunque he recorrido mundo), etc. En el recuento de tanto recibido me estaba inundando el agobio cuando me di cuenta que soy feliz e, inmediatamente, aparece esta...